Para finaliizar este proyecto tan interesante, con el que hemos pretendido resaltar el valor de la amistad, sin importar el color de la piel u otras diferencias... como dice la canción "para ser feliz, no hay que ser igual", hemos realizado un gran elefante y lo hemos decorado para la fiesta de Elmer. También tuvimos una sesión de pintura en la que les dejamos pintarse ellos solos. Al principio se pintaron con timidez, por si les regañábamos, pero después fueron quitándose miedos y vieron qué divertido era. Aquí tenéis el resultado. Lo pasaron genial, aunque cuando algunos padres vieron sus caritas... y sus ropas...
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